Las personas muy románticas tenemos la tendencia a creer en el amor a primera vista. Vemos a alguien que nos atrae, y enseguida llegamos a la conclusión de que nos hemos enamorado.
Existe la atracción a primera vista, un enamoramiento mezclado con deseo y atracción (física, intelectual, etc.). Además sentimos ganas de acercarnos, de conocer a ese ser que logra un efecto tan mágico en nosotros, con la esperanza de que les suceda lo mismo, instantáneamente.
El amor lleva tiempo, va creciendo y asentándose con el correr de los meses y de los años. Un “te amo” al comienzo de una relación es una expresión de deseos que, en mi opinión, significa, en realidad, “me encantaría que esta relación prospere y nos enamoremos”.
Si tuviste una primera impresión buena, hay más posibilidades de que conforme lo vayas conociendo mejor, esa chispa se convierta en una relación amorosa duradera.
Obviamente en la primera cita no es fácil que captes señales de alarma sobre tus propias intenciones, porque todos tendemos a 'auto engañarnos'. Pero puedes poner atención a la actitud de tu pareja, a lo que hace y dice, y analizar si tenéis afinidad de caracteres y expectativas. Esto no significa excluir a nadie de entrada, sino darte la oportunidad de disfrutar todas las etapas de la relación.
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